Chao 2016: a lo bien!

31/12/16 0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!


Por: Fabrina Acosta Contreras

“Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras"
 William Shakespeare

El título de esta columna (que he decidido sea la última de este año) me recuerda ese enunciado de los jóvenes de Bogotá con los cuales, trabajé hace algunos años, debo confesar que me parecía un enunciado “ordinario” pero precisamente apelo a esa expresión porque quiero sonar lo más espontánea y sincera posible; esto que haré es una catarsis necesaria y salvadora, lo primero es la gratitud por la vida, por el milagro de estar respirando aun y ver a mi alrededor a gente que amo y me ama.

Pero este año fue un tornado de emociones y experiencias que inevitablemente estremecen el alma, perdí cuatro de mis amigos, mentores y aliados; se fueron con la rapidez que suele tener la muerte, así sin preparar a nadie, incluso sin un ápice de solidaridad, vi partir a los aliados que aportaron mucho a mi vida y que sin rendirse en la lucha por la vida, la perdieron pero siguen siendo nuestros ganadores; lloré lo que en años anteriores no había llorado y creo que eso se traduce en muchos aprendizajes y cambios; y como una forma de danzar dichas lágrimas, espero que estas letras representen un aplauso que llegue hasta el cielo y haga sonreír a esos seres queridos que se fueron este año, en especial a mi querida e inolvidable aliada Isabel López y a mi amigo Eduardo Pinto.

A lo bien, quiero despedir este año con la esperanza de que el próximo tendremos más cultos a la vida que a la muerte, puedo parecer una pesimista lejana al eterno optimismo fabrinista, pero advertí que esto sería una catarsis; claramente es hora de nuevos tiempos, de tejer transformaciones y esperanzas, de superar la complejidad de un año bisiesto, en el que no solo despedí por causa de la muerte física a personas que amé sino que debí sepultar en verdaderos actos de amor a seres que siguen transitando mi vida y mis alrededores, a quienes debí reinventar para ejercer la paz y no la guerra, porque eso nos deja la cosificación de la humanidad, amistades que se fracturan por intereses egoístas o festivales de egos.

Pero todo es necesario para crecer, la mejor vía no es victimizarse sino fortalecerse y llenarse de motivos para seguir viviendo con la precisa convicción de que la reseca muerte no nos encuentre sin haber hecho lo suficiente, por eso, revierto la melancolía que restringe las emociones creativas y transformadoras, para decir, a lo bien 2016 te doy una buena despedida con sabor a sacudida y a despertar; es hora de destapar conductos y propiciar nuevas realidades, para ello es necesario sumar cadenas de afectos y ver a esos nuevos regalos que la vida nos permite como aliados o aliadas de mil ocurrencias, eso nos falta, volvernos una plataforma de apoyo, una inmensa red de alianzas donde unos y otros compartamos nuestras fortalezas, porque no sirve de nada tener algo y no ponerlo a la orden de los demás.

Le digo chao al absurdo pesimismo, al rencor, al dolor y al miedo; este 2016 puso a prueba ese complejo tema de la paz, no hablo la de los protocolos, mesas o acuerdos; me refiero a la que se construye en la propia casa, es decir, en nuestros cuerpos, almas y espíritus, en nuestros pensamientos y nuestro universo familiar, social o cultural, ese cercano que pone a prueba nuestros discursos pacifistas, nuestras capacidades de rehumanizarnos y sobreponernos al facilismo del conflicto, de la rabia y de la guerra que armamos ante cualquier simpleza; chao a lo bien chao 2016 - activaste el fuego más poderoso ese que se requiere para pulir de la manera más fina el oro, quema ¡si claro! quema y bastante, pero al final queda el resultado de un mejor ser humano, eso espero y eso esperamos quienes sabemos que amar es urgente y transcender a las violencias y las crisis también; chao 2016 y bienvenido 2017 el cual, anhelo me regale más motivos para sonreír, más razones para crear y más esperanzas para seguir; escribir es mi salvación y mi real pasión, espero seguir tejiendo reflexiones siempre con el estilo constructivista que impide resignarse aun en medio de los más impactantes caos.


Sigo firme, siendo una eterna optimista, a lo bien chao 2016! Quiero menos lágrimas y más sonrisas.

JOSE ENRIQUE: la nueva promesa de la medicina.

19/12/16 0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!


Por: Fabrina Acosta Contreras. Siempre me inspira escribir sobre historias que demuestran que la guajira y en especial mi tierra - Villanueva - es la cuna de grandes talentos, de hombres y mujeres sensibles, inteligentes, comprometidos y visionarios.

Hoy quiero hablar de un joven amante de las buenas costumbres pueblerinas, de la cocina criolla, del vallenato tradicional, de la vida familiar y un fiel apasionado de la medicina. Jose Enrique es un joven que como muchos, sale de su tierra a cristalizar sus sueños profesionales y lo logran, hoy exalto su disciplina y claridad en las metas, pero también es importante mencionar todo lo que debió ocurrir para que su camino académico se hiciera transitable, y es el apoyo de sus padres José de Jesús (el Chule) Acosta, María Laura Maestre, sus hermanas luisa Elena y linda Juliana,  y el de toda su familia que con la confianza y los buenos consejos aportaron a que hoy la sociedad reciba a un nuevo profesional, uno que demostrará que La guajira es tierra fructífera que ha parido grandes personajes.

Estoy segura que no será un médico más, porque su humanidad, su pasión y su compromiso con el arte que ha escogido para servir a la sociedad, le permitirá ponerle un sello propio de la estirpe villanuevera, aquella que se impone positivamente como los vallenatos que resuenan en el mundo entero en voces nacidas en la tierra del cerro pintao, como las arepas de maíz que muchos recuerdan que fueron hechas por mujeres como su abuela Luisa Bolaño y en la actualidad por su tía la Ona Acosta o su prima La negrita Rodríguez, o la buena práctica médica que le ha antecedido como la de su primo José Carreño; por esto y muchas razones José Enrique tiene una historia y un presente que le permitirán escribir de la mejor manera su vida profesional y no dudo que el hará honor a tal herencia.

Conozco a Jose Enrique desde que estaba en brazos, se de sus buenas costumbres, de su humildad, el respeto por sus mentores, la admiración que guarda por cada sacrificio que han hecho sus padres para darle lo que hasta ahora ha logrado; hoy puedo decir, que estas historias son las que la guajira debe exponer al mundo, esa que demuestra que las oportunidades son para quienes están dispuestos a salir de su zona de confort y entregan todo por sus metas; como guajira estoy orgullosa de escribir esta buena historia y exaltar que cuando algo se quiere, se logra; a pesar de los obstáculos puede más la perseverancia que las dificultades.


Que la Guajira y el mundo sepan que ahí está la nueva promesa de la medicina; y termino estas letras confiada en que esta historia como muchas más serán las que marquen la apertura de nuevas y mejores realidades para nuestro territorio. Buen viento y buena mar Chule Junior, demuestre con categoría la casta Acosta y villanuevera.

El General Silvestre del Vallenato

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Por: HERNÁN BAQUERO BRACHO. Beltrán Francisco Dangond Celedón, fue el general de la guerra de los mil días que tuvo Villanueva y La Guajira en esas calendas departamento del Magdalena. Fue nombrado por decreto No. 385, del 16 de septiembre de 1903 por el ministro de guerra de la época Alfredo Vásquez Cobo, cargo a que llegó después de haber sido coronel en la misma guerra fratricida que enlutó a Colombia. El general Dangond fue senador por el Magdalena Grande, hombre de empresas, agricultor y ganadero y famoso por las canciones del maestro Rafael Escalona que en la serie de televisión le dio vida el recordado Álvaro Ruíz como el general Dangond, hombre enamorado que ya viudo dejó su corazón en El Molino con su famosa molinera (Olga Zabaleta) y quien murió en Valledupar en noviembre de 1965. Este es el general del partido conservador, hombre de leyendas en sus diferentes facetas. El general Dangond era primo hermano de otro gran empresario como lo fue Francisco “El Mono” Dangond o también inmortalizado por escalona como “El Tigre de las Marías”, pues “El Mono” Dangond era el abuelo de Silvestre Dangond, quien viene a convertirse por todo lo que representa en el Vallenato en el general de nuestra música.

La cadencia en su voz, sus aires musicales, sus interpretaciones con su deje musical, su manera sin igual y su llavería con Lucas Dangond de San Diego, hacen Silvestre, el artista que enloquece más a su fanaticada, que cambia de  ritmo de manera prodigiosa  y en cada una de sus presentaciones es un “showman” en el género de nuestra música vernácula. El único de los artistas del género Vallenato que llena el Parque de la Leyenda Vallenata

Debido a la cadencia y la forma interpretativa que lo caracteriza en su cantar ha logrado posicionarse como el mejor, en los actuales momentos, dentro de su estilo. A pesar que las casas disqueras han desempeñado un tan funesto papel en el envilecimiento de este género musical, con la aparición de “La Nueva Ola”, y siendo Silvestre perteneciente a este nuevo género, ha mantenido las raíces, la cadencia y el posicionamiento del género vallenato y de ahí, el éxito, las ventas millonarias y la lista interminable de contrataciones a todo lo largo y ancho del país. El vallenato se ha nacionalizado, internacionalizado y popularizado comercialmente gracias al aporte no solo de Silvestre Dangond, sino de los artistas reconocidos como el Grammy Latino Jorgito Celedón.

Nada tan difícil para mí como hacer un análisis y describir quien está en la cima del vallenato,  de estos artistas que ondean el arte y la cultura con orgullo patrio. Pero el escrutinio que hago es sin pasiones, y sin subjetividad, sino con hechos de lo que sucede en el folclor vallenato. A mi juicio lo peor que podría pasar es que, como ya se ha intentado varias veces, se desarrollara una cátedra de vallenatología, donde existen expertos en el tema como Abel Medina Sierra, Julio Oñate Martínez, Ariel Castillo, Tomas Darío Gutiérrez, sin olvidar a la que mejor daba cátedra como la “Cacica” Consuelo Araujo Noguera, se volviera “Científico” el entender una parranda, o se pudiera programar en un computador una composición. 


La parranda, las presentaciones en vivo y el estado del alma, en cada producción musical y en cada presentación, le imprimen magia y ensoñación, así como el temple y el profesionalismo que trasmiten los artistas vallenatos, no son transmisibles a quien no las ha vivido y Silvestre Dangond en todo eso, le ha tomado ventaja a sus colegas. Él tiene un pega pega con la fanaticada, un imán de sintonía y un ángel de simpatía que lo hace tan singular y de allí, que sus canciones y su estribillo se oyen, se cantan y se sienten en los miles de aficionados que acuden a cada presentación suya.


El vallenato de Silvestre Dangond, tiene fusión, posee “Nueva Ola” pero ante todo conserva intacto las raíces del género, lo demás es el espectáculo original que le imprime en cada presentación y se entrega con el alma y el corazón y es cuando el escenario se vuelve una locura musical. Quien diga lo contrario, o está ciego o no quiere ver o no quiere vivir la realidad   de un artista fuera de serie que ha revolucionado el vallenato. ¿Pa que más? Silvestre Dangond definitivamente es el General Dangond del Vallenato, en los tiempos modernos. En Febrero del año que entra, sale una nueva producción musical, donde viene con cuatro temas netamente vallenatos y como es de esperarse será un éxito y un espectáculo musical, en cadencia y en melodía. De eso no queda la menor duda.

PONCHO COTES JR, un año de tu partida

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Por: HERNAN BAQUERO BRACHO. El 4 de Diciembre, se cumplió un año de la partida del mundo terrenal de nuestro amigo Poncho Cotes JR, el rey indiscutible de cuna, el villanuevero mas villanuevero, el compositor costumbrista que dejó con sus 50 canciones un gran legado a la música tradicional Vallenata, el único en su historia musical que tarareaba sus canciones a punta de silbidos, el parrandero insigne que en una parranda hacía sentir a los presentes el faracateo de la melodía y también de las risotadas con sus ocurrencias, el amigo sin igual que con otros como Cao Mendoza, José Casquita, Beto Barros, Israel Romero, Daniel Celedón, José Calixto Quintero, Rodrigo Daza Cárdenas, Álvaro González, entre otros, fundó el mejor tertuliadero de música vallenata que ha tenido Villanueva; el enamorado sin par que con su reina que le entregó Dios, Betty Leonor Mendoza, se amaron hasta el día de su muerte y ella con esa nostalgia y ese guayabo no le pasa al contrario se vuelve más nostálgico y cuando le hablan de su amor no puede contener el llanto, el amigo incondicional de su hijo Héctor, el verseador original de esa música que es magia y es poesía, el que cantaba con el alma y con los sentimientos hechos canciones, en fin el trovador villanuevero que ya no se siente con su presencia pero que se recuerda con su ausencia.  

El talento de los villanueveros. La versatilidad de los grandes acordeoneros villanueveros como “Emilianito” Zuleta Díaz, Israel Romero Ospino, Egidio Cuadrado Hinojoza, Orangel “El Pangue” Maestre Socarras y Andrés “El Turco” Gil, de los mejores con que cuenta la música vallenata en su trasegar histórico, sin duda, ha jugado un papel preponderante, pero no ha sido lo único porque talento han tenido y tienen y de sobra, en su gran mayoría, el común de nuestra gente. Complementado con artistas de la misma tierra como “Poncho” Zuleta, “Jorgito” Celedón, Jean Carlos Centeno, Junior Santiago y Daniel Celedón, que se han convertido en estandartes del folclor colombiano. Pero ahí no para la cosa porque unido a lo anterior se encuentran compositores de la talla de Rosendo Romero, “Beto” Murgas, Julio Oñate Martínez, Idelfonso Ramírez Bula, “El Cacha” Acosta, Luis Murgas Rumbo, José “Casquita” Mazeneth, Álvaro González, Jesualdo Fernández Valverde, Alonso Quintero, José “Cachete” López y  Javier “Yeska” Rodríguez, conforman el mejor cuadro que la música vallenata haya podido plasmar y de ahí  que Villanueva se encuentra en la cúspide de la creación de la música vallenata.

Las castas y los ancestros son factores naturales que influyen en la calidad tanto del hombre como de algunos animales. El perfil poético y académico que observamos quienes fuimos alumnos de Poncho Cotes Queruz, quiso la naturaleza reflejarlo  en sus hijos de los cuales siempre estuvo orgulloso. Los tres monitos ubicados en otros ámbitos en donde han descollado prueban la regla de la calidad, pero esa luz con la que más brilló el inolvidable Poncho Cotes- el autor del merengue inmortal, “tiempos idos” – no se fue a los contornos del más allá, quiso Dios dejarla con más ahínco en uno de sus hijos que sin ser monito – hijo de Thelma Ovalle, la hija de “Ovallito” y famosa en el canto también inmortal de Escalona, “La ceiba de Villanueva”  y quien fue el segundo gran amor de una de las figuras más excelsas de la música vallenata ha brillado majestuosamente, me refiero a Poncho Cotes Jr, como se le conoció artísticamente en el folclor o Lázaro Alfonso Cotes Ovalle que fue su nombre verdadero, quien abriéndose paso con su multifacéticas aptitudes, el proceso histórico del folclor se hizo sentir y vivir como uno de sus más grandes pilares.

Poncho Cotes Jr, representó la verdadera estampa de su padre. De él heredó la lírica, lo parrandero, un genio de la composición con un estilo único en el Vallenato y esa melodía que imprime a sus canciones, solo la posee Poncho cotes Jr en su género, no existe otro compositor de esas calidades y de esas cualidades en el Vallenato costumbrista. A Poncho Cotes Jr, lo podemos catalogar como cantautor, como parrandero insigne, arreglista musical, el único compositor que tarareaba una canción a punta de silbidos y en esto no lo ha imitado nadie; pregonero de hechos y costumbres de nuestros personajes del folclor. La calidad de este recurso humano tiene tanta casta que orgullosamente lo vimos ejercer su función académica en la ciencias contables, es egresado de la facultada de contaduría de la Universidad Autónoma del Caribe, cuya esencia lo identificaba  como el axioma que no necesita demostración, porque su ancestro y origen quiso ver en él la reiteración del intelecto de Poncho Cotes Queruz.

Su sintaxis musical se leen, se cantan y se sienten profundamente, a pesar de su ausencia cuando invocamos a : “La parranda y la mujer” , inmortalizada por Jorge Oñate y Emilianito Zuleta en el año de 1975; “Yo soy tu negro”, también inmortalizada por el ruiseñor del Cesar y el inolvidable Rey de Reyes Nicolás “Colacho” Mendoza; y así ha permanecido en el tiempo y en el espacio generando canciones imborrables en nuestra música vernácula, más de noventa canciones grabadas por los mejores intérpretes así lo confirman: “Porque tengo que ser yo”, inmortalizada por “Beto” Zabaleta y el “Pangue” Maestre; “Le dije que no”, inmortalizada por los Hermanos Zuleta; el “Pataleo”, inmortalizada por el Binomio de Oro con Rafael Orozco; “Cuando me vaya”, inmortalizada por Pangue Maestre y Silvio Brito; “La parranda Blanca”, inmortalizada por Jorge Oñate y Alvarito López; “Corazón sinvergüenza”, inmortalizada por el Binomio de Oro, siempre con Rafael Orozco; “Payaso”, inmortalizada por Miguel Herrera y el Chiche Martínez; “El corazón del Pueblo”, “Quiero llorar contigo” inmortalizadas por Jorge Oñate y Juancho Roiz; “Esta vez le dije que no”, “Se equivocó”, “ahí va la que a mí me gusta”, inmortalizadas por los Hermanos Zuleta; “Dime Tú” , “El ruego de un trovador”, inmortalizadas en la voz de Jorge Oñate; “Por qué mentiste”, “Que es lo que quieres”, inmortalizadas por los Betos, Villa y Zabaleta; “La mentira de tu amor”, en la ejecución inconfundible de los Hermanos Zuleta; “él”, El toba y Emilianito Zuleta y la más reciente producida por el Grammy Latino Jorgito Celedon y Jimmy Zambrano: “Si fuera como yo”. Ahí nos podemos dar cuenta de la versatilidad, de lo productivo que ha sido Poncho Cotes Jr, para la música Vallenata  y de que permanece activo y victorioso en la competencia del canto y de la composición. Podemos afirmar que este artista Villanuevero, fue un señor compositor en todo el sentido de la palabra y no un componedor como aparecen muchos de los de ahora, a los que se refería la heroína del Vallenato, Consuelo Araujo Noguera y de los comentarios acertados del Maestro Rafael Escalona Martínez.

Sin olvidar a otros grandes que se han ido, pero que permanecen en el recuerdo  de esta música que es magia y es poesía. Emiliano Zuleta Baquero, Escolástico Romero Rivera,  Antonio Amaya, Reyes Torres, alumbran con su antorcha de lo que representaron en el mundo terrenal, junto a “Poncho” Cotes Queruz y su hijo “Poncho” Cotes Junior, y con ello se reafirma en su composición inmortal que aquí queda el cielo y que recordar tiempos idos, es la mejor manera de homenajear su legado musical. Por ello Villanueva no olvidará jamás a este gran trovador  que en la 38 versión del Festival Cuna de Acordeones, le hizo un gran homenaje por toda su trayectoria musical y es la hora que se sienten y se tarareen sus estrofas de sus cantos, con las melodías y los dejes musicales del compás de la escala, lo requieran para lograr el ensamblaje perfecto de los versos con la melodía, las palabras se recortan, estiran, encogen, se alegran o se ensanchan o simplemente se inventan ese faracateo, creado por todos ellos  por la imperativa necesidad de hacer grafico el sentimiento.  Poncho Cotes Junior, la música vallenata te agradece todo el aporte que le diste con tus canciones y eres inmortal no solo para Villanueva y su festival cuna de acordeones sino también para el festival vallenato, el festival nacional de compositores y de toda la sabana donde eras un ídolo y un rey de la canción inédita.

Los Cachas de mi Pueblo

1/12/16 0 comentarios ¡Deja tu comentario aquí!

Por: Raymon Guillermo Sales Contreras. “…Esas mañanitas de invierno me enguayaban, me recuerda a Villanueva, me recuerda mi niñez, en ese pueblo disfrute tantas mañana esos tiempos se me han ido, mas nunca los vuelvo a ver…”. Emiliano Zuleta Díaz.

De esas cosas que se le despiertan a uno en una mañana citadina de esas que hacen parte del entorno climático de nuestra querida Bogotá, en ese trayecto desde mi domicilio familiar a la correspondiente sede de trabajo y todavía con la satisfacción y la euforia de tener en el gabinete departamental, un insigne representante de nuestra estirpe villanuevera; se me vino a la cabeza de como pierden relevancia los nombres de algunos paisanos y amigos y prevalece el apelativo o remoquete que impera en la cotidianidad de nuestra región Caribe.

El Cacha Ustariz, impecable servidor y hombre de servicio que nace del vientre bendito de una mujer que fue para todos, una madre, abuela y confidente, Margot Mendoza, no prevalece el nombre si no su apelativo que identifica su estructura de valores y grandes principios.

El Cacha Acosta, excepcional ser humano, compositor y maestro, que con su vocación de docente ha educado muchas generaciones que lo identifican como ese guardián donde sus alumnos agradecen que en su orientación y acompañamiento, permitió convertirlos en mejores seres humanos.

El Cacha Guillen, hombre humilde y noble, sinónimo de perseverancia y constancia que heredó de la señora Hilda, su madre ejemplar, el don de seguir degustando con sus pasteles, una tradición gastronómica que siempre degusta su paladar al lado de su ejemplar familia representada en su hermana Clara.

El Cacha Gil, digno representante de una familia tradicional y querida, que como ejemplo de unión familiar, han posicionado a sus integrantes, como esos hermanos progresistas y defensores de las buenas costumbres y los grandes valores, como Faber y Chiche Guerra.

El Cacha Mazeneth, sinónimo de nobleza y de familia prestante en su vocación de servicio, digno representante de una generación inquieta de crear nuevas propuestas y apoyar nuevos proyectos en pro del desarrollo de nuestro pueblo, para la muestra su combo “…Los Puyas…”.

El Cacha Céspedes, honorable servidor con vocación de servicio que con las herramientas de sus valores y principios, se posiciona como un nuevo representante de la nueva generación política de nuestro pueblo al lado de su ejemplar familia.

El Cacha Hernández, mi amigo y hermano del alma, magister y doctorado en humildad y nobleza, con título de soñador y colaborador empedernido, representa a la nueva fuerza progresista en cuanto a los retos que Dios disponga para él, Contador Público y Especialista en Gerencia Tributaria, hombre de fe y temeroso de Dios.

Dejo este relato con el respeto y el cariño que merecen de mi parte los antes expuestos, solo con el fin de resaltar sus grandes valores y el gran aporte que con sus familias han desarrollado para nuestro pueblo.

Con el cariño y el respeto de siempre.

Raymon Guillermo Sales Contreras

Columnista Villanueva mi@

 
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